La Arquidiócesis de Los Ángeles y el Costo del Silencio: $1,500 Millones por Abuso Infantil
- Jaime Alfonzo
- 17 oct 2024
- 2 Min. de lectura

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Columna de opinión de Jaime Alfonzo.
La Arquidiócesis de Los Ángeles y el Costo del Silencio: $1,500 Millones por Abuso Infantil
La Arquidiócesis de Los Ángeles, la más grande de Estados Unidos, ha alcanzado un acuerdo histórico por 880 millones de dólares para resolver más de 1,300 casos de abuso sexual infantil. Este acuerdo, considerado el mayor en la historia de una arquidiócesis católica, eleva a aproximadamente 1,500 millones de dólares el total pagado por la Iglesia en las últimas dos décadas. Pero más allá de las cifras exorbitantes, este caso pone en evidencia un patrón oscuro y repetitivo que ha manchado a la Iglesia católica globalmente durante décadas.
La Ley AB 218 de California, que suspendió temporalmente el plazo de prescripción, ha permitido que víctimas de décadas pasadas finalmente alcen la voz y busquen justicia. Sin embargo, la tardía respuesta de la Arquidiócesis y el enfoque reactivo de sus líderes, como el arzobispo José Gómez, quien expresó su "profundo arrepentimiento", no son suficientes para reparar el daño causado. Gómez, al igual que otros líderes antes que él, parece más preocupado por gestionar las consecuencias económicas y mediáticas que por reconocer la gravedad del encubrimiento sistémico que facilitó estos crímenes.
El caso de Michael Baker, exsacerdote que confesó en 1986 haber abusado de menores, es emblemático. A pesar de que el cardenal Roger Mahony, entonces arzobispo de Los Ángeles, tuvo conocimiento de los crímenes de Baker, el sacerdote fue protegido y enviado a un tratamiento médico en lugar de ser entregado a las autoridades. No fue sino hasta el año 2000 que Baker fue expulsado de la Iglesia, después de que se acumularan múltiples denuncias en su contra. Años más tarde, en 2007, fue condenado y cumplió más de una década en prisión, pero solo después de que al menos 23 víctimas fueran identificadas.
Estos encubrimientos no son exclusivos de Los Ángeles. En Boston, el caso que destapó la crisis global en 2002 involucró al cardenal Bernard Law, quien protegió a múltiples sacerdotes abusadores. La historia se ha repetido en Irlanda, Australia y Chile, con patrones similares: denuncias ignoradas, abusadores trasladados y víctimas silenciadas. Esta crisis global evidencia una cultura institucional que prioriza la protección de su imagen sobre la protección de los más vulnerables.
El actual acuerdo no es solo una cifra millonaria; es el costo del silencio y la complicidad. Mientras la Iglesia asegura que ha implementado reformas y protocolos para garantizar la seguridad en sus instituciones, queda la duda de si estas medidas son suficientes o si simplemente son una fachada para evitar futuros litigios. ¿Cuántos casos más permanecen ocultos bajo la superficie? Y, lo más importante, ¿se tomará la Iglesia alguna vez en serio su responsabilidad en estas tragedias?
Conclusión:
Los 1,500 millones de dólares que ha pagado la Arquidiócesis de Los Ángeles son un recordatorio de que las reformas y disculpas públicas no bastan si no hay un cambio profundo en la cultura institucional de la Iglesia católica. Sin una verdadera voluntad de justicia y transparencia, las víctimas seguirán siendo cifras en acuerdos millonarios y la fe de millones de personas se verá traicionada por quienes debieron proteger a los más inocentes.
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