Biden y la advertencia final: democracia en peligro
- Jaime Alfonzo
- 16 ene
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Columna de opinión de Jaime Alfonzo.
Biden y la advertencia final: democracia en peligro
El discurso de despedida de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos resonó como un llamado a la conciencia colectiva de una nación en constante cambio, pero también en peligro de perder su esencia democrática. Desde el Despacho Oval, con un tono firme y reflexivo, Biden dejó claro que no solo entregaba el poder, sino también una advertencia que debería marcar a todos los estadounidenses.
El eje central de su mensaje fue contundente: “una concentración de poder en manos de unos pocos ricos” está configurando una oligarquía que pone en jaque los cimientos de igualdad y justicia que han definido a Estados Unidos por más de dos siglos. Estas palabras no solo remiten a los tiempos actuales, sino que evocan los ecos del discurso de Dwight Eisenhower en 1961, cuando el entonces presidente alertó sobre los peligros del "complejo militar-industrial". La diferencia, esta vez, es que la amenaza no viene solo de los sectores bélicos, sino de un “complejo tecnológico-industrial” impulsado por la era digital, las grandes plataformas y el auge de la inteligencia artificial.
Biden señaló que la desinformación se ha convertido en una avalancha que está sepultando a los estadounidenses. En un contexto donde la prensa libre está debilitada y las redes sociales han renunciado a la verificación de datos, el abuso de poder se vuelve más fácil y más peligroso. Es imposible no conectar esta crítica con el desmantelamiento de estándares democráticos básicos que hemos observado en la última década, desde el auge de campañas políticas basadas en noticias falsas hasta el uso desmedido de algoritmos que polarizan y manipulan a las masas.
Otro aspecto crucial fue su advertencia sobre la presidencia sin frenos. Biden llamó a los ciudadanos a estar vigilantes ante cualquier intento de erosionar las libertades civiles que tanto costaron construir. Este es un recordatorio oportuno cuando, tras cuatro años de un mandato que buscó reconciliar a un país profundamente dividido, el próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, representa una figura que polariza por naturaleza.
Por otro lado, su legado internacional no pasó desapercibido. Biden destacó el acuerdo de paz entre Israel y Hamás, los logros económicos de su administración y el fortalecimiento de la alianza con la OTAN en el marco del conflicto en Ucrania. Sin embargo, queda en el aire una pregunta: ¿podrá Estados Unidos mantener este liderazgo global cuando enfrenta amenazas tan serias dentro de su propio sistema político?
El último mensaje de Joe Biden no fue solo un discurso de despedida; fue una advertencia que resonará en los años venideros. Estados Unidos, como democracia, enfrenta desafíos internos y externos que requerirán de un pueblo vigilante y comprometido con sus valores fundacionales. La concentración de poder, la desinformación y los avances tecnológicos sin control son realidades que deben enfrentarse con firmeza y claridad.
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